sábado, 20 de octubre de 2012

La vida te da sorpresas

Ya lo dice el bolero cubano: ¡La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...!


Uno nunca sabe cuándo saltará algo a su camino, algo de la suficiente entidad como para hacérnoslo cambiar todo. Mujeres, amigos, sucesos personales que te cambian totalmente tus planes y trastoca hasta los detalles más ínfimos e imposibles de creer.

Nunca envidiaré a aquellos que programan su vida a cada minuto y para la eternidad. Nunca entenderé al que tiene planes para dentro de diez años. Un solo instante, un sólo segundo, puede cambiarlo todo, puede echarlo todo al traste, o puede ponernos sobre la pista de un futuro mucho mejor del que nosotros mismos nos quisimos dotar en esos planes. Caminos y senderos de las personas que se entrecruzan. A veces para siempre, creando una vía conjunta, ya sea de pareja, ya sea de varias personas que se convierten en grandes amigos...aunque nunca sabrás si para toda la vida.

Algo que sin duda define al ser humano es su continuo ir y venir entre facetas de la vida. La persona es inquieta, incluso aquel que apenas tiene estudios, no es cuestión de cultura en el sentido estricto. El ser humano es inquieto, tiene necesidades, explora, necesita conocer más, necesita adaptarse a los cambios de su entorno o necesita dotarse de algo que no tiene y que anhela, no solo físico sino que, la mayoría de las veces, mental o emocional.

Muchas veces las mejores amistades y las parejas surgen en la Universidad, o en el instituto, o en el trabajo. Otras veces el amor de tu vida te espera detrás del estante de una biblioteca, en un chat de internet o incluso comprando el pan. ¿¡Quién sabe!?

Mal haríamos si no nos ilusionásemos con las buenas nuevas, pero no debemos de creer que esas nuevas son más buenas de lo que realmente son. Analizar la vida tal como es, ilusionarse pero con los pies en la tierra, es necesario para avanzar de forma firme por esos senderos entrecruzados de los que hablo. Porque, y lo creo firmemente, el que cree que anda sobre suelo liso y firme, y lo hace en verdad entre piedras y ramas sueltas, acaba cayéndose. Cuánto más rápido haya andado, más dura será la caída, y más fuertes las consecuencias y lesiones.

Aprender, en definitiva, a amar si el amor es correspondido, a buscar en otra persona lo mismo que esa persona querría encontrar en nosotros, en darle al prójimo lo que nosotros mismos desearíamos que nos dieran. No ponerle muros al campo, pero tampoco buscar grietas en algunos muros, por mucho que sea apetecible traspasarlos y entrar en esa dichosa Ciudad de Oro.

La Esperanza, el lema de este blog, sigue presente en cada uno de nosotros. Aunque la caída haya sido enorme, siempre puedes levantarte, limpiarte las heridas, y continuar. El que se queda lamentándose en el suelo acaba muy mal. El que continúa avanzando no sólo sigue el camino, o escoge cambiar de sendero, sino que lo hace mucho más fuerte y decidido que antes.

Como dice el dicho popular: A palos se aprende mejor. A veces lo popular es lo mejor de nuestra cultura.

Ánimo a todos los que buscamos, porque normalmente, el que busca, acaba encontrando, y si buscas algo realmente digno, algo bueno, justo para ti y para el resto, y ofreces lo mismo que buscas, acabas encontrando algo maravilloso. Aprender a buscar en el sitio adecuado es también una enseñanza que el tiempo nos facilita.

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